NADIE ESTA LIBRE DE UN ASALTO
Por: Asunta Merino M.
Ocho de cada diez personas sufre de asalto a mano
armada en nuestra ciudad.
Era una tarde muy tranquila y fresca, cuando mi
prima y
yo fuimos a visitar a una amiga
que se encontraba delicada de salud por los excesivos ejercicios, y sobre todo
las dietas, que le causaron algo bueno y
malo al mismo tiempo, puesto que ella ya
parecía una ballena a punto de reventar, se tomaba pastillas para adelgazar y
se le quite el apetito. Ya parecía como un palo seco cuando llegue a saludarle,
y vaya que me sorprendí bastante al verla puesto que estaba acostumbrada a
verla gordita, con sus chocolates en la mano.
Su madre una persona muy buena, de un corazón grande
como el inmenso mar, trae unas riquísimas empanadas junto con los refrescos
para invitarnos, mi prima que en ese momento tenía una hambre como un salvaje
se come de a dos, dejando para mi apenas una. Ella nos cuenta toda preocupada
ya que Ross y su hija no quería comer nada ni siquiera una ensalada de lechuga,
que únicamente estaba a base de agua. Nosotras toda conmovidas con lo que sucedía
con nuestra amiga, tratamos de darle palabras de consuelo, que hemos venido a
sufrir y ser feliz a caer y poder levantarnos, que lo que sucedía era un
obstáculo más al cual ellas tenían que vencer, con lagrimas en los ojos
hinchados de tanto llorar nos recomienda no hacer lo mismo que su hija, además
de verla mal físicamente el gasto en internación y medicamentos es costoso y
peor aun si se trata de una clínica privada, puesto que en el hospital no le
brindaban la atención necesaria y rápida.
Después de pasar casi toda la tarde junto a mi amiga
tratando de sacarle una sonrisa, ella nos sugiere llamar un radio móvil, para
el regreso a nuestras casas, ya que el barrio por donde vive es bastante
peligroso, pero como no era todavía de noche decidimos caminar, la calle por la
cual íbamos había mucho movimiento de personas y vehículos, motos. También
había familias sentados en las afueras de sus casas, los niños correteando y
jugando a la pelota otros con los perros.
Pero todo lo contrario la siguiente calle que nos
toco recorrer, era un silencio como si estuviera en el desierto, en ese momento
sentí como un baldazo de agua fría, tenia escalofríos, la piel se me puso como
de gallina, cosa que mi prima era tranquila, tal vez porque ella no tenia su
celular en ese momento, sin embargo yo si lo tenía y antes de ir a visitar a mi
amiga compre una tarjeta con Bs. 30 de crédito.
Ella trata de tranquilizarme pero no se pudo puesto
que yo tenía los presentimientos de que nos asaltarían porque había visto pasar unos jóvenes a gran
velocidad en una moto como locos por la calle adyacente a la que íbamos.
Primero pasaron como diablo que persigue un alma, con un ruido que casi
revienta el tímpano de mis oídos, nuevamente vuelven a pasar por el mismo
lugar.
Y para colmo mi prima dice parece que son
delincuentes, ¡nooo! son unos turistas que están aprendiendo a conducir una
motocicleta, le respondí ya que ella era la causante de nuestro retraso, de no ser por su lentitud al caminar, como el
de una peta, no estaríamos pasando tremendo susto. Luego pasaron por la calle
donde estábamos y justo en ese momento empieza a vibrar mi celular ya que en la
universidad nos prohíben que suene el celular y como yo siempre me olvido poner
el tono, queda con el vibrador. Mi prima en busca de un lugar para poder protegerse empieza a
correr, se adelanta quedando yo atrás como unos 100 ms de distancia de ella, cosa que cuando paso la moto con los
jóvenes ella ni cuenta se dio, cuando yo estaba a punto de contestar venían de
frente y el que iba manejando me miro fijamente a los ojos notando el
nerviosismo que tenía en ese momento, como no conteste la llamada trate de
ocultar con mi mano, como no se dieron cuenta se pasaron. Posteriormente el que
iba en la parte de atrás volteo a mirar y se dio cuenta, se bajo y corrió a darme el alcance, cuando me di cuenta que
me perseguía lo primero en realizar fue correr como nunca antes lo había hecho
me llegaron las fuerzas como un toque mágico, pidiendo gritos de auxilio, mi
prima regresa al escuchar los gritos tratando de ayudarme, pero como el no me
pudo alcanzar saca su pistola apuntándome directo a la cabeza.
Al ya no poder hacer nada , ni prima ni nadie por el
temor a que se le salga un tiro no pudieron hacer nada, mas al contrario
quedaron todos como congelados como
hipnotizados, y no me quedo de otra, más que detenerme cayendo de rodillas al
suelo entregándole mi celular. Él lo levanto y se fue. Nunca pensé que en menos
de dos minutos sucediera algo que hasta ahora no lo puedo olvidar y lo recuerdo
como si fuera ayer aquel asalto que me dejo toda traumada porque desde ese día
no soy la misma.
Es difícil entender cómo se sienten las personas
después de sufrir algún tipo de asalto
hasta que uno mismo lo sienta en carne propia, logra comprender hasta que uno
se pone en los zapatos de las personas afectadas le da la razón, siempre dije
que nosotros podíamos controlar nuestras reacciones en ese tipo de situación,
en aquel momento del asalto que me ocurrió no supe el momento que empecé a
correr mucho menos gritar, de repente mi
cuerpo comenzó a reaccionar inesperadamente.
Hoy en día ni una persona está libre de sufrir algún
asalto, el delincuente no escoge a sus víctimas no dice ni pobre ni rico
ninguno, ni joven ni mayor. En cualquier momento ya sea en el día o en la noche
cualquier horario están observando a sus víctimas, como gato esperando las
ratas, por ello lo mejor es no comprar celulares por sobre todo los celulares último
modelo ya que son los favoritos por estos antisociales inadaptados.
A diferencia del anterior asalto , ya
que en esa ocasión no lograron detenerme, porque pude a correr a tiempo al ver sacar el cuchillo de uno de los
bolsillos de aquel sujeto que también se encontraban en una motocicleta, y que
por fortuna en ese momento se apareció un muchacho en su bicicleta del cual yo
me agarro con todas mis fuerzas, y el todo sorprendido me pregunta que me sucedía,
yo sin poder hablar trataba de explicar que unos delincuentes me perseguían y
que si no fuera por él. Lograrían su objetivo, ya que pasaron por nuestro lado
y como estaba con el muchacho no me reconocieron.
Sin embargo no sucedió lo
mismo con el otro asalto, ya que al ver el revólver sobre mi cabeza me vi
obligada a entregar mi celular, y las personas que salieron al escuchar los
gritos de auxilio que pedí se sentían como atados de manos al no poder hacer nada,
miraban con tanta bronca e impotencia a los delincuentes que de no ser por el
arma. Le darían su merecido.
En comparación a los años
anteriores, los asaltos han aumentado en un 20%. Esto se debe a uno de los
factores principales, la irresponsabilidad de los padres, ya que la mayoría
emigra a otros países, en busca de mejor economía, dejando a sus hijos con sus
abuelos, tíos, o solos sin que nadie pueda tener control sobre ellos. Y como se
sienten solos se empiezan a agrupar a las famosas pandillas y poco a poco van
cometiendo sus fechorías.
Los padres por supuesto
enviándoles dinero, mientras sus hijos dedicándose a la vagancia y alcoholismo
y porque no decirlo a la delincuencia. Cuando lo correcto sería creo yo sé buscaran
trabajo aunque con un sueldo menor pero que se sienta útil a la sociedad y no así
más bien haciendo daño a las mismas.
Las drogas es una de las
causantes más peligrosas para que la juventud hoy en día se dedique a la de
delincuencia, según lo comenta Alex borda un joven que a sus 15 años empezó a consumir las drogas, y como sus
padres le enviaban dinero desde España supuestamente para sus estudios y alimentación,
cuando en realidad el ya había abandonado la escuela, como él se lo gastaba en
drogas y bebidas alcohólicas que se gastaba hasta el último centavo. Fue de ese
modo entonces viéndose en la necesidad de tener dinero y los malos amigos
dándoles consejos de cómo robar, es lo mismo que yo pude observar aquella vez
del asalto pude notar que los ojos los tenía todo rojos como los del mismo
diablo y el que iba en la parte de atrás se lo veía decidido a todo con tal de
conseguir lo que quería en ese caso mi celular.
En conclusión, desde ese momento que me robaron el celular
fue lo peor que me pudo pasar, es algo que no quisiera que nadie lo viviera y
si por desgracia le tocara a cualquier persona, puede ser un niño, joven, una
persona mayor hasta un anciano lo recomendable, es no poner resistencia ante
ese tipo de situación.
Hasta antes que sufriera el
primer asalto era muy distinta a lo que soy hoy en día, ya no camino tranquila
por las calles, en mi mente esta que en cualquier momento, nuevamente seria
asaltada. ¿Cuales serian las posibles soluciones para terminar con la
delincuencia?, mayor responsabilidad y control por parte de los padres hacia
sus hijos especialmente en la etapa de la adolescencia que es cuando comienzan
con la curiosidad de todo respecto a la vida.
Otra alternativa de solución
sería mayores fuentes de trabajo por parte del Estado y las empresas privadas,
que viendo la realidad en la actualidad cuesta mucho conseguir un empleo.
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MI
PRIMER CARNAVAL
Por: Claudia Mendoza
Santa Cruz es reconocida por
gozar de uno de los carnavales más coloridos, alegres y participativos del
país, por ende su gente se caracteriza
por ser de tradición carnavalera, alegre y bohemia.
Cada año al acercarse esta temporada, la
población parece contagiarse con el virus del Rey Momo y no se habla de otra
cosa que no sea las carnestolendas, inclusive las actividades comerciales o
empresariales se condicionan a los ánimos pre y post carnaval. Todos empiezan a planificar cómo, dónde con quién pasaran la fiesta grande, algunos
salen de la ciudad para tener fiestas privadas en sus quintas o en otros
pueblos, otros ya tienen pagada la cuota de su comparsa y los más se agrupan
con familiares y amigos para empezar la mojazón en sus barrios o acuden a los
lugares de festejo tradicionales como la calle Ballivian y la Callejas donde se
concentran todos aquellos carnavaleros que no pudieron o no quisieron entrar a
una comparsa, son lugares donde se puede ver y sentir un derroche total de
alegría y amistad.
Sin embargo, mi realidad
como la de otras muchas personas, siempre fue ajena a toda esta celebración y a
otras más, nací y crecí en un hogar matriarcal,
donde la premisa fundamental diaria era el trabajo y por tanto no había
tiempo ni dinero para pensar en festejos.
Lamentablemente este ritmo de vida, labró en mi un carácter un poco
áspero y hasta antisocial, reconozco mis defectos y estoy consciente de los
muchos problemas y limitaciones que esto
me ha causado. Motivo por el cual, hace
algunos años con la llegada de mi hijo, decidí que todo cambiaría, que para él
y para mí nunca más el fantasma de la escasez sería una escusa para dejar de
vivir, de conocer cosas nuevas, de ser feliz.
A mis treinta y cuatro años
y siete de mi hijo, hemos salido por primera vez a integrarnos a las
celebraciones carnavaleras. El día
domingo, primero de carnaval, desperté
tranquila, con todos los ánimos de estar en mi casa, descansar de la
rutina estresante del trabajo y la universidad, las tareas de mi hijo y en fin
tantas obligaciones como uno se busca.
Aún estaba en el lecho, enredada en mis sabanas y con la pereza propia
de la mañana, cuando escuché los pasos
afanosos de mi anciana madre fatigada en sus quehaceres vespertinos, al fondo
en el patio de la vieja casa, se
escuchaban las risas de mi hijo que
jugaba con su cachorro, corrían de un lado para el otro y bueno se había roto
la tranquilidad, me di cuenta que no podría seguir en mi sosegado reposo como
lo había previsto. Así que transcurrió
la mañana realizando los quehaceres usuales de la casa y después de
almorzar, mi hijo tomó el chisguete que
mi madre le había regalado por su cumpleaños,
y al pensar en todo lo que haría con él, los ojos se le crecieron de
felicidad, corrió hacia un grifo antiguo que había en la parte de atrás del
patio y cargó su juguete con agua, vino hacia mí corriendo:
- Mamá, ¿ya vamos a jugar
carnaval? Dijo entusiasmado, con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Mmm! claro, pero para
hacerlo tenemos que llenar también vejigas, porque yo no tengo chisguete.
- Vamos a la venta, yo vi
que la señora tiene bolsitas de globos. Me dijo feliz
- Déjame que saque dinero y
vamos.
Busqué en mis bolsillos y
tenía lo suficiente, así que ambos fuimos apurados hacia una pequeña tienda que
estaba al lado de la casa donde vivíamos, allí compramos: Vejigas y
espuma. Volvimos a la casa y pusimos
todo sobre la mesa, tomé el paquete de globos y le dije a Diego:
- Vamos hijo, ayúdame a llenar con agua esto.
Sin pensarlo dos veces vino a saltos cual conejo, como si de un brinco lo quisiera
tener todo listo para empezar a divertirse. Una vez nos armamos de nuestro
arsenal carnavalero, ambos salimos a la acera de la casa para atacar al primero
que se atreva a cruzas la calle y esperamos, esperamos …y esperamos, pasó más
de media hora y ya se habían reventado por su propia presión cinco de las
veinte vejigas que llenamos de agua.
Parecíamos dos leones
enjaulados que íbamos y veníamos de un extremo a otro de la casa y la
impaciencia poco a poco nos iba borrando la sonrisa, y es que la calle estaba
desierta, no pasaba nada ni nadie, como si los vecinos que siempre nos aturden
con las entradas y salidas de sus vehículos, se hubieran evaporado. De pronto percibí la tristeza que llenaba la
cara de mi hijo, estaba sentado y cabizbajo sin nada más que hacer que unos
garabatos improvisados en la tierra suelta de la pequeña jardinera que había en
aquella resquebrajada acera.
Recordé entonces la promesa
interior que me había hecho años atrás: “No volveremos a limitarnos solo por
los obstáculos que se nos presenten”, entonces con tanto amor como me cabía en
el pecho, me acerqué y tomándolo de su pequeña barbilla le pregunté:
- Hijo, ¿En serio quieres
carnavalear?¿Mojarte, pringarte y todo? Lo miré directo a los ojos.
- Si mamá, como los otros
chicos. Me respondió sin soltar mi mirada.
Sin dudarlo entonces me
decidí, entré a mi habitación por la
cartera y emocionada le dije:
- Ponte sandalias hijo, nos
vamos al centro. Vamos a conocer cómo había sido carnavalear.
- ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii!
Exclamó emocionado y rápido cual rayo tenía las sandalias puestas y me esperaba
junto al auto.
Con el Jesús en la boca,
tomé el carro y me dispuse llevarlo a la calle Ballivian, tomé nuestro material
carnavalero y lo puse en el porta equipaje, estaba temerosa porque es bien
sabido que era temporada de borracheras y de excesos, así que rogaba a Dios no
encontrarme con el hijo del diablo por
la calle. Mis miedos se disipaban
mientras más avanzaba hacia el lugar, las calles estaban tranquilas y los
conductores como prevenidos del peligro, guardaban considerable distancia entre
un vehículo y otro, la velocidad imprimida era más bien baja y eso me
tranquilizó bastante. Sazonamos entonces
nuestro viaje con buena música, Marck Anthony y Shakira hacían de las suyas en
la radio, ya podíamos saborear la fiesta, Diego y yo veníamos a todo baile en
el auto, cada uno en su asiento era el mejor bailarín.
Cuando estábamos en la avenida Irala para
ingresar a la zona elegida, encontré que casi todos los accesos estaban
bloqueados y resguardados por oficiales de tránsito, seguí buscando y dando
vueltas en la lógica de que tan lejos la gente no llegaba a pié, hasta que
encontré la manera, la calle René Moreno aún estaba expedita, y sin pensarlo
más aproveché. Me
acerqué tanto como se pudo, eran solo las dos de la tarde y ya se veía intenso
movimiento de jóvenes, niños y mayores, note que no hacían diferencia de
edades, el propósito del que llega a lugar era divertirse y nada más, ubiqué un
lugar cerca de la plaza principal, sobre la calle Independencia y allí parquee
el auto, bajamos del coche y sacamos vejigas y el chisquete cargados con agua,
como preparándonos para la batalla, aseguramos las puertas, tomamos nuestras
cosas y emprendimos la búsqueda de la diversión. Negarlo en vano sería, tuve
miedo de lo que podría encontrar allí, ya que más allá de las crónicas de las
noticias y uno que otro comentario no sabía nada de cómo se vivían las cosas
ahí, así que no hice más que respirar profundo y seguir adelante.
En la esquina entre la calle
Ballivian y Cochabamba, encontré un
lugar que consideré apropiado para nuestro bunker festivo, en el lugar habían
innumerables puestos de venta de artículos carnavaleros, habían convertido la
calle en un verdadero mercado, espumas, pitos, vejigas, chisguetes, etc, lo que
uno se pudiera imaginar, allí lo encontraría. Asenté la botella grande que
llevaba llena de agua para recargar el chisguete y animé a mi hijo para que
empiece a jugar, al principio tenía mucha vergüenza y temor de que al mojar a
alguien, lo reten o algo más. Así que con toda la paciencia del mundo hablé
con él e intenté explicarle que de eso se trataba el carnaval, de hacer cosas
que en lo cotidiano no se permite, es el permiso de jugar con todo aquel que
esté involucrado en la fiesta. Una vez comprendida la lección Diego se dispuso
a jugar y comenzó la mojazón.
Diego Sebastián Chávez
Mendoza nació hace siete años, es el hijo único de una pareja separada que
nunca supo lo que quería, desde que vino
al mundo fue la luz de los ojos de su abuela materna, la que lo llenó de mimos
y adulos y hacía que cada ocurrencia o antojo sea posible solo para él. Se ha convertido en un niño muy cariñoso, juguetón y sensible,
ser el único niño de la casa y recibir cariño hasta de las paredes lo ha hecho
un poco vanidoso aunque tímido ante los demás.
El día que decidimos ir a carnavalear a la calle Ballivian, no se nos
ocurrió que romper el hielo con nuestros caracteres disfuncionales iba a ser
tan fácil.
Chisguete en mano, cargó la
bomba de empuje del agua y las primeras víctimas fueron dos comparseros de la
Juventud Carnavalera, que al parecer recién habían llegado, pues sus batas aún
estaban blancas y secas. Uno de los afectados se molestó y lo miró con ánimos
de tratarlo, pero al verlo conmigo se contuvo, claro que al pasar unos metros
de nosotros “Como valiente varón” recién se atrevió a proferir sus insultos al
niño. No me centré en la grosera actitud
de aquel muchacho, pues si lo hacía no la iba a pasar bien ya que de seguro me
encontraría más de uno “con las mismas gracias”.
El primer impacto que
recibimos ambos, fue una ráfaga de espuma y claro como eso no se podía quedar
así Diego corrió hacia su adversario y lo empapó completamente. El agua y la espuma iban y venían, todos
envueltos en un frenesí de alegría, los conjuntos musicales sonaban con sus
mejores temas, algunos ya habían instalado el baile en la calle, los churrascos
de las casas dejaban saborear olores exquisitos de la carne cociendo lentamente, todo estaba en
su punto.
Entonces un pequeño que
salió de alguna parte, vino corriendo
hacia nosotros y en menos de un parpadeo
cubrió de pintura azul a Diego, mi hijo al responder el ataque se dio
cuenta que estaba en desventaja porque él solo tenía agua limpia, no fue más,
inmediatamente me dijo:
- Mamá, tienes que comprarme
pintura. Tenía el ceño fruncido por no haber podido responder a la altura.
- ¡Ja ja ja!, vamos. Le
dije.
- ¿Viste como ese niño me
pinto? ¿Viste mamá?
- Claro hijo, ahorita nos
emparejamos ¿Si?
Nos acercamos hasta una de
las tiendas que se apostaban en el lugar y compramos una botella pequeña de
pintura. Inmediatamente hice la mezcla
en las proporciones apropiadas y ya estábamos listos para continuar. Yo estaba
a prudente distancia de mi hijo, que era quien se enfrentaba cual guerrero del
carnaval a los comparseros que le respondían con sonrisas amplias.
La gente empezó a fluir con
más intensidad y Diego ya estaba
completamente empapado y pintado por uno y otro que pasaba por ahí y se
enfrentaba al fuego cruzado. Pero de
pronto, él sintió que yo no estaba tan involucrada en el juego como él, ya que
a pesar que había transcurrido bastante tiempo desde que llegamos, yo aún
continuaba limpia solo con algo de espuma en el cabello y como no quería
sentirse en desigualdad, me pidió que me
compre un chisguete y que con él vayamos a recorrer las calles y juntos nos
enfrentemos a todos. Al principio me
negué, pero insistió tanto que no tuve más que acceder, entendiendo que de
vivir la experiencia tenía que ser con participación completa.
Entre comprar mi chisguete y
empezar mis primeras pintadas, no habían pasado ni veinte minutos y mi pobre
cara ya parecía un mapamundi, todos los colores del arco iris podían percibirse
en mi cuerpo. Fue una experiencia tan diferente y divertida que en ningún
momento me arrepentí de haberme atrevido a realizar, mi hijo y yo estábamos tan
complementados uno con el otro, que
descubrimos que aparte de la relación natural que nos une, también somos
excelentes amigos y que sin temores podemos hablar de todo entre nosotros y
encontrar en el compañero aquel cariño bonito de la amistad que nos llena a
todos. La unión que sentimos fue tan intensa que la felicidad del uno era la
del otro y la rabia del uno era el desquite del otro.
Empezaba a caer la tarde y
la masa de gente era cada vez mayor, le dije a Diego que por seguridad era
mejor retirarnos ya y que si él quería volvíamos al día siguiente. Sin ningún inconveniente y como si hubiéramos
tenido ambos un botoncito de “OFF”, tranquilos nos dirigimos al auto para
retornar a casa, nuestros cuerpos pintados, la ropa mojada y cansados de reír y
jugar. Ahora el reto era subir al
auto ensuciando lo menos posible, cubrimos los asientos con algunas toallas que
yo había previsto para tal servicio, subimos y como sentados en banquillos
íbamos con las espaldas hacia delante.
En conclusión, esta experiencia
me hizo notar que mi decisión de vivir cada paso de mi vida en su debida
dimensión sin prisa ni pausa, fue la mejor que pude tomar. Doy gracias a Dios porque a pesar de que en
mi vida ha habido muchas limitaciones, Él ha sabido darme con la otra mano la
oportunidad de salir de ellas y de sentir su compañía y amor cada día. Tengo un
hijo que llena mi vida, un trabajo que me permite crecer profesionalmente como
siempre busqué y aún aguardo mi título universitario que corone mis esfuerzos,
estoy segura que pronto lo lograré y me aseguraré de que mi conocimiento lo
herede quien lo sepa escuchar y recibir.
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MUJER
POLICIA
Por:
Ronald Tarqui A.
La sargento segundo Rosalía
Flores G. Policía del Plan Tres Mil, considera que es un privilegio para ella ser policía, también que es difícil
el acceso a las mujeres en la institución, por las barreras de género existentes.
La discriminación al interior escuela Básica Policial (ESBAPOL) es una realidad.
El sargento segundo Rosalía
Flores G. desde que estaba en el colegio le movía el interés de cooperación a
los demás; cuando se presentó la oportunidad y postulo a la (ESBAPOL),
enfrentando un reto, las acciones discriminadoras en contra de las mujeres queingresaban a la Policía fueron evidentes y mucho más elevadas que en
otras profesiones. Las normas y códigos relacionados con la masculinidad eran
ponderados en mayor medida que los femeninos. La superación de todos estos
aspectos negativos todavía está en marcha y poco a poco están desapareciendo
por lo nuevo que suponía la incursión de la mujer en la institución.
Si bien las pruebas y los
exámenes fueron los mismos, como postulantes mujeres, al inicio enfrentamos una
serie de obstáculos para acceder a la (ESBAPOL) desde los exámenes de admisión,
que poseían un referente; centrado en destacar la fuerza más que otras
aptitudes hasta las normas de trabajo diseñadas exclusivamente para hombres, lo
que dificultó el cumplimiento en nosotras como cadetes mujeres. Sin embargo,
hoy y después de muchos años y sobre todo al ser la Academia de Policías una
universidad, los criterios son diferentes, la institución se dio a la tarea de
redefinir su papel en la sociedad proclamando la equidad e igualdad
El hecho de ser mujer
policía no existe ningún cambio de actitud, si bien es cierto que a diferencia
de los hombres, como mujeres enfrento el
problema de la doble jornada de trabajo, aparte de realizar la actividad como
policías tengo que desempeñar el trabajo en mi hogares como toda mujer sé
cocinar. me gustan los platos y bebidas, por un lado el cuidado de mis hijos
ellos se sienten orgullosos por mis logros, ya que han vivido y compartido los
avatares de mi profesión todos estos aspectos son vistos y ponderados por mi
familia "En mis tiempos libres, me gusta compartir con mi familia sobre
todo me gusta estar en mi casa", aunque debo señalar con sinceridad que la
vida de una madre policía es difícil, sobre todo cuando una extraña a sus
hijos.
los obstáculos principales
al cumplir nuestra función son las creencias fuertemente arraigadas y actitudes
estereotipadas hacia las mujeres, aún cuando ocupamos cargos de autoridad y
responsabilidad, muchos no valoran ni reconocen el trabajo tesonero de la mujer
policía, pese a ello respondemos de acuerdo a las expectativas de la sociedad y
en especial de los colegas masculinos.
Ser policía no es fácil y
serlo como mujer implica un esfuerzo extra, que requiere temple para tratar con
la gente y carácter para imponer autoridad, además de condición física para
perseguir y enfrentar a los delincuentes
"En mi caso y por los años de servicio que llevo en la institución
policial, participé de varios operativos policiales y por supuesto, en algunos
mi vida y la de otros policías estuvo comprometida".
La participación de un
policía en actividades ilícitas es usualmente individual y no debería
comprometer a la institución a la que la
persona pertenece. En nuestro medio los casos de corrupción señalados
son situaciones aisladas en las que se ven involucrados algunos malos policías
y para ello existen los mecanismos disciplinarios que sancionan este tipo de
hechos, y para evitar situaciones similares, el gobierno aprobó una nueva ley
para luchar contra la corrupción policial con una oficina de control interno
con agentes de incógnito para destapar esos casos.
Por otro lado, es
fundamental que la Policía recupere con rapidez la confianza de la ciudadanía y
se convierta en un instrumento eficaz para ofrecer seguridad en las calles y en
las comunidades La realidad cotidiana de marginación injusta de las mujeres de
ciertos espacios estratégicos de poder es reconocida y denunciada por ellas
como parte de los factores que siguen afectando su trayectoria y que por lo
tanto requieren ser visibilizados, cuestionados y trasformados hacia la
construcción de una sociedad y estado donde cada persona pueda tener las mismas
oportunidades de acceder, moverse y expresar sus ideas, bajo diferentes áreas y
rangos jerárquicos, en la esfera pública.
Era el año 1998, cuando por
razones de servicio salí cambiado de colocación para trabajar en el frente
policial Era una mujer con muchos deseos de cambiar el mundo y las personas,
era la primera vez que salía a trabajar como jefa de un grupo de policías. Me
presenté, conocí las instalaciones, recorrí el pueblo y tomé conocimiento de la
problemática social en que se encontraba esta población. Al cabo de unos días conocí
a sus distintas autoridades civiles, pero aun sentía que me faltaba conocer
algo, no sabía que faltaba, pero lo percibía. No pasó más de 5 meses hasta que
vi pasar frente a mis ojos a un linda señorita, algo descuidada, humilde y
sencilla en su vestir, nada de arreglos ni joyas, solo llevaba puesto un
vestido muy sencillo que a la luz del sol la pude observar.
Pero vi en su rostro una
dulce cara angelical, de esas que no se te olvidan nunca. Tomé interés por
conocerla, y cuando pregunte por ella a los pobladores, todos se rieron, hecho
que me sorprendió mucho, no lo comprendía. Volví a preguntar a una señora de edad
muy seria y honorable, quien me respondió que esa señorita era sorda y muda,
que no comprendía nada, no expresaba nada, por eso la apodaban la planta. Eso
me conmovió mucho, me hizo pensar del por qué de ese trato a un ángel de dios.
Hablé con mis compañeros de trabajo les explique que eso no lo podíamos
permitir, que debíamos hacer algo. Los convencí y entre todos tomamos la
determinación de cambiar la historia de esa (plantita), para convertirla en un
ángel de dios.
Nos tomó tiempo, conversamos
con algunas profesoras que por las tardes se encontraban libres, se planificó
todo y faltando un día para la ejecución del tratamiento y transformación de
una vida, hicimos contacto con sus familiares les explicamos y los convertimos
en cómplices de esta aventura policial. Mis colegas ya se habían compenetrado
con esta historia de amor al prójimo, hasta que llego el día indicado, 4
policías y la profesora la recogimos de su humilde casa, le compramos ropa
limpia, un shampoo agradable, unas colonias, unas sandalias, y una cadenita con
la imagen de dios en la cruz,. La llevamos a la iglesia el día domingo por la
mañana, el párroco la bendijo y le hizo entrega de la hostia. Veíamos en su
semblante como cambiaba y tomaba otra tonalidad, se dibujo una sonrisa en su rostro,
y sentimos que ella nos quería agradecer pero no sabía cómo hacerlo. Con el
pasar de los días aprendió a limpiar las cosas y la contratamos para que sea
ella la encargada de la limpieza del local policial.
Conscientes que estamos en
una profesión que nos exige cada vez más, si bien escalar grados en la policía
es un desafío permanente que requiere grandes esfuerzos, ello representa una
aspiración cual es la de llegar a las máximas jerarquías policiales.
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HISTORIAS
DE UN TAXI
Por:
Mauricio Vasquez
Decidí levantarme muy
temprano en la mañana (6 am), para trabajar de taxista, con eso de que al que
madruga dios le ayuda. Todavía sonámbulo me dirigí al baño. Tome un buen
duchazo con agua fría para despertar, luego me cepille los dientes y a buscar
ropa cómoda para el día. Me puse una bermuda, puesto que había amanecido
caluroso, una polera de algodón color celeste y mis sandalias de cuero. Estando
listo, desayune con mi mama, una taza de café y unos panes con queso, para
después salir con los ánimos por el cielo.
Agarre rumbo a la avenida
Tres Pasos al Frente, como de ida a la Cumavi, ya que allí había visto que
venden los letreros de taxi en una de mis tantas visitas a la feria de ropa
americana. Dicho y hecho, no solo había una sino varias tiendas de ventas de
artículos para vehículos, compre un adhesivo de color verde fosforescente con
forma del logo de batman, con la palabra taxi impreso en él y un letrero
luminoso del mismo color, de esos que se enchufan en el encendedor del auto. Me
dirigí al vehículo y los coloque, con la esperanza de que fuera un buen día.
Retorne para el centro de la
ciudad, pero en el camino decidí desviarme hacia el mercado mutualista, fui manejando por el
cuarto anillo hasta llegar a la avenida del mismo nombre del centro de
abastecimiento. Llegando al destino elegido, por el tercer anillo externo, un
señor levanto la mano, haciendo señal de que necesitaba mis servicios, puse las
luces de parqueo y estacione junto a él. Era un ciudadano brasilero, que quería
que lo llevara junto con su hijo, por la zona de la Ucebol, yo accedí, me baje
del auto para abrirle la puerta trasera, ya que por las bolsas que llevaban,
evidenciaban que habían estado de compras.
El padre se sentó en el
asiento delantero, que está junto a mí,
su hijo en el de la parte trasera; el señor era delgado, el cabello un poco
canoso, un bigote de características similares, supongo que debido a los años,
ya que le calculaba más de 50, y piel morena. Su hijo de apariencia similar,
solo que unos 25 años más joven, sin el bigote, el cabello negro sin canas y
crespo. Camino al destino indicado, el señor me invito un durazno, en aquel
momento pensé: si aceptarlo o no, con eso de que no hay que recibir nade de
desconocidos, mas con lo que sale en las noticias y que existen muchos
extranjeros de proceder dudoso, entonces decidí recibirlo, pero no comerlo por
lo menos hasta que el comiera alguno de los suyos. Así fue, el no solo se comió
uno si no varios, ya con esa tranquilidad me comí el mío y al acabar envolví la
semilla sobrante en una vieja factura de combustible que tenia; a diferencia
del pasajero que votaba las suyas a la calle, luego de unos minutos llegamos a
su casa, la cual era un restaurante de nombre El mercadito brasileño, me
pagaron, les agradecí y retorne hacia el centro de la ciudad por la avenida
Cristo Redentor o mejor conocida como La Banzer.
Estando en el centro de la
ciudad por inmediaciones de la calle Florida donde cambia el nombre a Arenales,
un señor de avanzada edad hizo la señal para que pare, subió en el asiento
delantero al lado mío, me pidió que lo llevara al barrio Petrolero Guaracachi,
en camino fuimos charlando:
- Que tiempo más loco- dijo
-, en la mañana llueve y en la tarde sale el sol.
- Es su época, solo queda
aguantar – le respondí.
- Así es joven, ojala y
mejore – me contesto.
Una vez que llegamos a su
casa se despidió muy gentilmente, deseándome un buen día, a lo cual le respondí de las misma manera.
Luego de dejarlo no tenía pensado en qué dirección dirigirme, tome rumbo por el
cuarto anillo hacia la avenida Banzer. Estando ahí, me fui para el tercer
anillo ya que me había decidido ir para el barrio Equipetrol.
Llegando al segundo anillo
de la avenida San Martin, la principal del barrio Equipetrol, un señor en traje
deportivo, de barba negra canosa, de cabeza rapada, de unos 40 años
aproximadamente y en buena condición física, hizo la señal (ya familiar a esta
altura) para que parara. Cuando subió a mi lado, por su acento al hablar cuando
pidió ir a la plaza principal 24 de Septiembre, me di cuenta que era
extranjero, argentino para ser preciso. Luego en el camino me dijo:
- Primer taxi decente al que
me subo.
- Muchas gracias – le
conteste con una sonrisa de alegría.
En ese momento la verdad me
sentí muy bien, pero también pensé la impresión que se deben llevar los
extranjeros con los demás taxis. Siguió comentando de sus visitas a Bolivia, ya
que no era la primera vez que estaba en nuestra tierra y por casualidad en esta
visita vino a dictar una conferencia de logística, patrocinado por la
Universidad Privada domingo Savio, le comente que justo estudio en dicha casa
superior de estudio. Al bajarse habiendo llegado a la plaza principal me deseo
mucha suerte a lo que le conteste que tenga un buen día.
Acercándose el medio día me
fui para mi casa a almorzar. Descanse un par de horas viendo televisión y luego
retorne al trabajo. Antes de salir de despedí nuevamente de mi mama y ella
volvió a desearme buena suerte.
Como en la mañana me había
ido tan bien, volví para el centro de la ciudad pero esta vez con rumbo al
mercado 7 Calles. Una señora con una muchacha solicitaron mis servicios,
querían ir a la radial 27 pasando el cuarto anillo, así que nos dirigimos para
allá. En el camino algo me sorprendió muchísimo de las pasajeras, ya que no
dijeron una sola palabra, era un silencio ensordecedor; durante los minutos que
duro el recorrido. Yo fui pensando si alguna vez habría hecho algo igual o si
podría estar con alguien sin hablar, aunque sea de las noticias del día. Llegamos a destinos, me pagaron y se
despidieron con el ya familiar hasta luego.
Habiendo estado la mayor
parte del día entre el centro de la ciudad y la zona norte, quise probar suerte
por el mercado El Abasto pero no fue como me había imaginado. Como recordé que estaba cerca el centro
comercial Chiriguano, me fui por ahí y tuve razón en hacerlo, ya que una joven
madre con su niña en brazos necesitaban un taxi, ambas eran de cabellera rubia
platinada y vestidas de manera similar, una polera sin mangas color blanco con
rayas naranjas y short negro. Su destino era la avenida Beni y tercer anillo,
en el camino la pequeña iba gritando estruendosamente como si le estuvieran
aplicando una corrección severa, a lo cual su madre respondía muy apaciblemente
y con cierta displicencia como si se tratara de algo normal. Dentro de mí me
alegraba de no tener hijos, puesto que tener uno y que sea desobediente para no
ser grosero en mi calificativo, sería bastante incomodo e insoportable. Por fin
llegamos a destino y se bajaron muy rápido, puesto que el berrinche continuaba,
me pagaron y no tuvieron ni tiempo de despedirse.
Con los oídos aun aturdido
por los gritos de la niña y habiendo tenido una buena jornada hasta ese
momento, decidí retornar a mi casa, para hacer mis tareas y leer Noticias de un
Secuestro de Gabriel García Márquez, libro del club de lectura de la materia
Redacción General. Al llegar a mi casa me puse a pensar acerca de lo vivido en
el día y saque algunas conclusiones. El trabajo de taxistas aunque en algunos
momentos es sacrificado, tiene sus recompensas; las personas en Santa Cruz son
muy sucias, durante todo el día me canse de ver como votaban basura desde sus
vehículos a la calle sin importan la clase social del conductor y también no
existe el mínimo respeto hacia el peatón, puesto que no solo es costumbre pisar
la cebra, si no también no parar ni un instante cuando ven que alguien pasa la
calle. Finalmente luego de hacer mis deberes, me bañe y aliste para ir a pasar
clases en la universidad.
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EL
MECANICO
Por: Romer Aranibar
¿Puede acaso un hombre
trabajar por más de 20 años con el mismo interés y las mismas fuerzas que el
primer día que decidió echarse al hombro la responsabilidad de una familia? Aunque
parezca que no sea suficiente, la familia es uno de los motivos por el cual el
señor Rolando siempre tiene la disposición
de salir de su casa y dirigirse por el mismo camino durante largos 20
años. Buscando la prosperidad y el bienestar de su amada familia.
Este hombre tuvo que pasar
por muchos obstáculos en su vida para poder
tener todo lo que ahora tiene:
tres hermosos hijos, una hermosa nieta, y está felizmente casado con la señora
Fanny. Que como muchas mujeres salieron de nuestras fronteras con el sueño de buscar días mejores para su hogar. Fue en
España donde aprendió muchas cosas más, de la que sabía y valoro mucho más el calor de su familia.
Tuvo que pasar un año y
nueve meses para que la señora Fanny se
diera cuenta de lo importante que es estar acompañado de sus seres queridos y más
aun cuando uno de sus hijos se encontraba envuelto en el alcohol y solo tenía
16 años. A raíz de los múltiples malos ejemplos que don Rolando había sembrado
en el corazón de Gabriel hijo mayor de esta pareja.
La señora Fanny ya asistía a
una iglesia cristiana cuando decidió irse del país por los grandes problemas
que acarreaba con don Rolando. Cansada de las falsas promesas de cambio de su
esposo fue que tomo tan drástica decisión (viaje a España). Pero como las cosas
nunca pasan envano, este viaje hizo reflexionar al señor Rolando, puso los pies
sobre la tierra y su vida comenzó a tener sentido asistió por primera vez a una
iglesia cristiana y desde entonces desempeña un cargo en ella, es Pastor de la
escuela bíblica dominical. Su esposa decidió volver , su hijo dejo de ser ese
joven inmaduro que solía ser y le dio a
la familia una gran alegría Alison la única nieta que disfrutan los ahora unidos más que nunca Rolando y Fanny.
Un día como muchos de los
que vi a don Rolando Salir a trabajar le pedí
con mucha humildad y respeto. Puedo decirle algo…
- Don Rolando será que puedo
acompañarlo en su jornada de trabajo hoy día, le dije
- Me miro un poco
sorprendido frunció el seño y en su cara una gran interrogante.
-¿Por qué?, ¿acaso no
deberías estar aun acostado a esta hora todavía?, me pregunto una y otra vez. No comprendo pero
vamos es agradable para mí que compartas este día, me dijo
La jornada para don Rolando
comienza a las 7:30 AM.se levanta de la cama, se dirige hacia donde su esposa
le alista el overol, se pone sus botas y pasa a la mesa a tomar su desayuno. Le
da un beso a su esposa y se va al trabajo. Su taller se encuentra ubicado en el
tercer anillo interno frente a transito. El tiene tres trabajadores a su
disposición, irónicamente el señor Rolando alquila en ese mismo lugar desde
hace 20 años.es uno de los mecánicos más respetados y conocidos de la zona.
Comenzaron a llegar los
primeros trabajos del día. Los comenzó a distribuir a cada uno de sus
trabajadores de modo que el pueda supervisar uno por uno el trabajo que
desempeñan sus ayudantes. Sorprendido quede cuando al pasar las horas de
trabajo veía como el trabajo parecía ser tan sencillo pero a la vez era tan
duro, el olor de la gasolina era muy fuerte, la grasa no dejaba lugar limpio,
los martillazos iban y venían, el sonido de las llaves quedaron agudizados en
mi oído. Comencé a mirar a mí alrededor y pude apreciar que el taller de don
rolando es un lugar precario, con poco espacio y el cuarto donde guardan las
llaves esta desplomándose poco a poco. Pero increíblemente el buen trabajo que
este hombre desempeña hace que todas
estas limitaciones no salgan a la luz.
En un pequeño descanso que
se tomo le pregunte:
- ¿Y cuando llueve, como
hacen para reparar los vehículos si solo hay
espacio para dos?
- En este trabajo no existe,
lluvia, calor, frio, tempestades y
muchas otras inclemencias del tiempo que impidan realizar nuestro trabajo, las
necesidades que cada uno tiene hace que podamos reparar los autos. Sin importar
el lugar que se encuentren. El me respondió.
Quede muy satisfecho con la
respuesta que me dio. Porque siempre está pensando en su familia antes que en
el mismo, el bienestar de los suyos hace que se esfuerce cada día más y su
ejemplo sirva de motivación para sus hijos ya que uno de ellos está haciendo su
carrera universitaria y el otro está a un paso de salir del colegio pensando ya
en la carrera que deberá escoger para su profesión.
El trabajo del mecánico es
duro y no cualquiera será capaz de soportarlo por eso es que siento orgullo de
contarles la pequeña historia de don Rolando Aranibar, un hombre que me enseño a valorar las cosas y no esperar nunca nada a cambio.
Orgullo y satisfacción de vivir en la familia que vivo y tener el padre que
tengo Rolando, “El mecánico”.
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UNA
NOCHE EN LA EMPRESA DE BORDADOS
Por:
Ricardo Orellana Fuentes
Proceso
automatizado
|
Es una noche tranquila como
cualquier otra, pero con un poco de frio. Ya había hablado con el amigo de mi
hermano mayor para visitar su empresa bordadora, en la cual brindan servicios
de bordados y confecciones. El nombre de la empresa es El Recluta S.A. y el dueño es don Ivan Loza Pardo.
Esta empresa con la maquina
bordadora empezó como hace cuatro años, pero ya tiene una trayectoria de
costuras y confecciones de 11 años. La bordadora trabaja 18 horas al día hay dos
turnos, uno en la mañana y otro en la noche hasta la madrugada y a veces el
dueño trabaja bordando en sus tiempos
libres cuando la máquina esta libre.Esta empresa se encuentra en un
domicilio del barrio 10 de Octubre que es la casa del dueño. Pues el tamaño de
la empresa es mediana, ya que consta de 20 trabajadores.
Siempre tuve curiosidad por
este oficio y quería experimentar algo nuevo y por eso decidí pasar una noche
aprendiendo las técnicas de un buen bordador. Al llegar a la empresa me acerqué
a la puerta y toqué el timbre para solicitarle al dueño ingresar como ayudante
por unas horas y así hablar con sus trabajadores. En el momento que entre a su
domicilio, me dio un poco de miedo ya que todo estaba oscuro como si vivieran
fantasmas en la casa, pues eso era solo en la entrada.
Cuando me abrió la puerta le
dije:
- Buenas noches don Ivan,
¿cómo está?
- ¡Oh..!, hola Ricardo,
estoy bien gracias, pero de salida a otro lugar, pero pasa y te enseño el lugar
donde se trabaja antes que me retire, me contestó.
Cuando llegamos en la parte
donde se realizan todos los trabajos, el dueño me presentó a algunos de sus
trabajadores y les informó que yo le iba ayudar
al bordador en esta noche un poco fría. Cuando entramos al taller donde
se encontraba la máquina de bordados se encontraba el bordador del turno noche y
el señor Ivan nos presentó:
- Este joven te va a
colaborar en lo que pueda y enséñale algunas cosas básicas para que el tenga
conocimiento sobre este trabajo, yo me tengo que retirar más tarde vuelvo.
- No hay problema don Ivan,
siga nomas que yo me encargo, le contesto el trabajador.
Entonces el señor Ivan me
miró fijamente y sin preámbulo me dijo:
- Bueno Ricardo yo te dejo
con el bordador se llama Raúl y espero que aprendas muchas cosas.
- Claro no hay problema, eso
espero yo igual, le dije.
- Bueno, adiós, los dejo,
ahí tienen internet si quieren usar, dijo.
Cuando se retiró pude
observar que hay varios talleres dentro del domicilio y que pocas personas
trabajan en la noche. Esto se debe a que es una mediana empresa. Pues me di
cuenta que esta empresa iba mejorando cada vez más, ya que antes no se
trabajaba en la noche según el comentario que hizo mi hermano.
Cuando me acerqué al
trabajador le pregunte:
-¿Qué estás haciendo con la
computadora?
- Estoy terminando de
diseñar unas banderas para así poder bordar y entregar al municipio del Warnes,
me contestó
- ¡Ah! y te puedo ayudar en
algo, le dije.
- No, todavía, dentro de una
rato me vas ayudar con la maquina, me dijo.
Mientras conversábamos, me
explicaba que lo primero que hacía es ver
la cantidad de prendas y el tamaño del bordado que tenía que realizar y
luego observar los colores que tienen cada bordado y alistar todos los
bastidores y los hilos según el tamaño de los bordados.
Cuando terminó de diseñar,
coloco el disquete en la maquina y me pidió ayuda para colocar los hilos que
íbamos a usar mientras me enseñaba. También me dijo que el trabajo que íbamos
hacer era uno de los más difíciles, ya que en una bandera entran varios tipos
de bordados y teníamos que hacer dos banderas y 100 bordados para gorras.
El bordar
es todo una arte, pues hay distintos pasos y procedimientos que hay que tomar
en cuenta para hacer un buen trabajo, dependiendo el material en donde se
utilice varían las formas que se puedan realizar. Por ejemplo esa noche seguí
un orden para bordar las banderas, primero comencé colocando hilos por los
orificios, canales, platos, condensador de hilos hasta llegar a la aguja. Como
el material es delicado el hilo no tiene que estar tan tesado, luego tendí la
tela en la máquina y coloqué entretela en la parte de abajo del bordado, luego
aseguré los bordes de la tela y la entretela dejándola totalmente plano sobre
la base de la máquina, luego cargué el diseño a la memoria de la máquina y el
bordador me ayudó configurando la secuencia de los colores tomando en
cuenta la secuencia de los hilos. Luego
de que hicimos estos pasos, procedimos a empezar el bordado para la cual hay
una barra que se la empuja hacia adelante para que empiece el bordado y también
se la puede empujar hacia atrás para detener el bordado o también se la
mantiene hacia adelante o hacia atrás para corregir algún error.
Luego de realizar algunos
bordados, el trabajador me comentó, que la empresa consta de: un taller de
costura, un taller de planchados, un taller de diseños, un taller de
etiquetados y empaquetados de las prendas terminadas, un taller donde se
encuentra la máquina de bordados de seis cabezas y sus respectivas oficinas
para atender al cliente.
Mientras transcurría la
noche hacia más frío. Entonces el bordador me iba enseñando algunas cosas, como
por ejemplo: a cambiar la bobina por una nueva con hilo, a cargar los
bastidores, a colocar los hilos en las maquinas y a cortar los hilos sueltos de
los bordados.
Me ausenté por unos minutos
del taller con el pretexto de ir al baño, pero quería conocer hasta el último
rincón de la empresa. Al retornar al taller parecía que nunca íbamos a terminar
con el trabajo, pues así yo lo observé.
Mientras la máquina bordaba,
nos sentamos a conversar y a utilizar del internet que había dentro del taller,
ya que el señor Ivan nos lo permitió. Esa noche fue muy interesante porque
conocí como se trabajaba en el lugar y me hice amigo del trabajador, pues
teníamos muchas cosas en común y nos divertíamos haciendo chistes.
El trabajo que realizan
estas personas es un poco ajetreado, ya que hay algunas personas que encargan
obras a última hora y quieren que se los entregue lo más rápido posible. Esto
hace que sea un poco agotador en algunas ocasiones.
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UNA LLEGADA INESPERADA
Por: Grecia Sanjinés Rodríguez
“Lobito”
|
Como habitualmente llegó a mi casa 12:30 del día.
Cuando de pronto me topé con un cachorrito que se me acercó. Era muy pequeño
aproximadamente de tres meses de edad, de un color café claro con macha blanca,
ojos color azul. El cual le habían obsequiado a mi hermanita Rosarito de siete
años de edad de ojos negros y cabello corto con cerquillo con una sonrisa
tímida.
Ella
estaba muy contenta y feliz. Sus ojos estaban llenos de dulzura que desbordaba
felicidad. Mi papá al igual que mi pequeña hermana estaba emocionado ya que él
no se imaginaba que el pequeño cachorrito de color café emocionara a tanto a Rosarito. Al parecer el
perrito en tan poco tiempo se había ganado el cariño y el aprecio de todos en
mi casa.
En
la mañana siguiente el pequeño cachorro estaba muy inquieto. Me desperté
apurada para ver qué era lo que tenía. Cuando de repente veo que tenía mis
zapatos color negro con brillantes en su boca que estaban destrozados. En ese
momento me daba ganas de pegarle por lo que había hecho. Pero me dio mucha pena pero a la vez mucha rabia por lo que
había hecho.
En
la tarde Rosario estaba buscando un
nombre para ponerle a su perro. Cuando llegue me llevé la gran
sorpresa de que el cachorrito se llamaba
Lobo al igual que nuestro anterior que
ya había muerto. Le pregunte a Rosarito que era lo que más le gustaba de lobo y
ella me dijo:
- Me gusta su piel, lo
tierno que es.
- Y si se muere al igual que
el otro lobo, le pregunte
- No pero para eso falta
mucho, me respondió
A
los pocos días después a lobo le tocaba sus primeras vacunas. El perro al
momento de colocarle empezó a aullar desesperadamente con grito desgarrador.
Medio tanta pena escucharlo, pero era por su bien. Al tiempo se puso mejor y
nos dio mucha alegría a todos ya que era muy querido por todos.
Al
mes después lobito ya era un poco más juguetón e inquieto. Le gustaba jugar con Rosarito, le
mordía su piernita y empezaba a arañarla.
El cachorrito era muy travieso destrozaba
todo lo había en su paso sobre todo los
zapatos y calcetines. Cuando le daba hambre empezaba aullar y a buscar leche
para tomar y había que darle lo más rápido posible.
Cuando
cumplió cuatro meses de edad lobito se enfermó y nos preocupó mucho. Lo tuvimos
que llevar de emergencia al veterinario
al a vuelta de mi casa. Él lo reviso y
le colocó montoneras de inyecciones para que estuviera mejor. Al poco tiempo
salió más recuperado y con un mejor ánimo.
Su
recuperación fue poco a poco ya que si recaía de nuevo iba a ser peor para lobito. Rosarito era la
más preocupada por su cachorrito le daba
mucha pena y tristeza. Ella lloraba mucho por su cachorrito al verlo enfermo. Al día siguiente
el perrito amaneció con mejor con su
semblanza y con ganas de seguir jugando.
Lobito
a los días se mejoró y empezó a jugar normalmente con lo Rosarito muy amenamente como lo hacían
siempre cuando estaban juntos. Mi hermanita estaba muy contenta con su sonrisa de oreja a oreja feliz que en sus ojos se notaba una alegría y gran felicidad al ver a su pequeño lobito sano y salvo.
Rosario le daba a su cachorro todo lo que quería en cuestión de comida y sobre
todo lo consentía mucho.
A
los pocos días cuando llegué de mi trabajo encontré a Rosarito llorando
desconsoladamente. Ella me dijo que lobito se había perdido en la mañana cuando
salieron a comprar carne y leche a la
venta. Cuando regresaron y llamarón a al cachorrito él ya no estaba había
desaparecido. Todos se preocupamos mucho
y salieron a buscarlo por todas partes
pero fue inútil no dieron con él por ningún lado.
A
los tres días después de haber buscado por todos lados al pequeño cachorrito no
había ni sus luces de lobito. Todos ya desesperados no sabíamos que hacer para
dar con el paradero del cachorro desaparecido. Pusieron en cada poste de luz
varias fotos de lobito donde decía extraviado y además varios números de
referencia para dar lo más rápido con su paradero.
Pasaron
los días y no había ninguna noticia acerca del paradero de lobito. Rosarito era
la más angustiada y sobre todo la más triste por la desaparición de no
encontrar a su mascota. Ella lloraba muy a menudo y me partía el corazón verla triste y para
desahogarse dibujaba a su cachorro para
consolarse.
A
los tres días después un domingo salimos a buscarlo con Rosarito pero fue
inútil no dimos con su paradero y fue mucho peor ya que mi hermana pensó que
lobito estaría muerto. Al día siguiente salimos nuevamente por los mercados.
Empezamos por lo Pozos y terminamos en la Mutualista pero con más ánimos de
poder encontrarlo.
A
la semana siguiente un poco más calmados salimos nuevamente a buscar al
cachorro lo bueno fue que dimos con el
paradero de lobito. Estaba sucio y con mucho barro en su pelaje, en pocas
palabras irreconocible. Rosarito se puso muy feliz y contenta por haber
encontrado a su lobito.
Al
poco tiempo de llegar a casa lo primero que hizo fue bañarlo de inmediato
porque olía muy hediondo. Lo vayamos con chambo y con jaboncillo para que
oliera más rico como nosotros estábamos acostumbrados a verlo desde cuando se
lo regalaron a Rosarito. Ella muy contenta lo abrazó con ternura y lo beso y le
hablo y le decía lo mucho que lo había extrañado.
Finalmente
después de todo lo que había sucedido,
Rosarito estaba feliz y contenta con su nuevo perro llamado Lobito. Era muy
bueno y cariñoso con todos lo de la casa, era muy querido por los niños sigue lo visitaban.
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SALIDA A VER UNA OBRA DE TEATRO
Por: Alicia Luna Mendoza.
Después
de un día largo de trabajo, como de costumbre solía salir rumbo a la universidad, pero en este caso,
teníamos una actividad que se tenía que realizar, para un informe que debíamos
de entregar como trabajo de presentación, por tal motivo, días anteriores, la
profesora nos había vendido unos tickets de entrada para una obra en el teatro
Nosotros Dos, ubicada en la Av., Paragua entre primer y cuarto anillo. Al
llegar al lugar se encontraban las mayorías de mis compañeros, quienes ansiosos
esperaban la hora para que empiece la obra de teatro, que por cierto, era la
segunda vez que asistía a un lugar así. Aunque la primera vez asistí al teatro
que queda por la 24 de septiembre, era un lugar mucho mas agrande que este. Eran las 7:15 de la noche, ya
teníamos que entrar a la sala, para ver el espectáculo que darían estos
personajes que interpretaban esta obra como la de Don Juan Tenorio.
Ingresamos
al lugar cada, uno con su entrada correspondiente, y asiendo una fila que por
cierto, éramos alrededor de 30 alumnos, fueron unos cuantos no mas que no
asistieron. Era mi turno de entrar, allí
adentro se encontraban personas que quizás eran de personajes que
interpretarían la obra. Al momento de ingresar observe que el lugar era muy
pequeño, pero cómodo, para la cantidad de alumnos que éramos. Lo impresionante
era que a pesar de ser un lugar pequeño, se entendía muy bien la obra.
Bueno
les contare todo sobre lo que sucedió en la obra de teatro. Todo empieza en un
bar donde el mozo, vestido de pantalón negro, camisa blanca y un trapo rojo que
lo tenía como cinturón, con un delantal blanco por delante, hacia su ingreso al
escenario, un lugar bien equipado para la ocasión, este hizo su entrada
empezando a abrir su negocio, como todo los hacen, lo primero que hizo fue acomodar los asientos y limpiar la
mesa. De pronto hace su ingreso don Juan tenorio, un hombre joven y gordo,
vestido de azul y con una alegoría de hombre interesante, le pide una hoja de
papel y una pluma para escribir una carta, luego se retira.
Antes de todo estos pregunto a los que nos
encontrábamos quienes querían hacer partícipe de la obra, por lógico pasaron
dos personas de adelante, eran unos compañeros, que hicieron su entrada, luego
dos compañeras de atrás también pasaron, a hacer nuevos integrantes en esta
obra de teatro. En una de esas hace su ingreso un hombre vestido de negro que
se no pide nada para beber, solo quería ser uno de los testigos para ver lo que
pasaría en el bar de pronto llega otro joven, uno que también sabia de lo que ocurría
en el lugar.
Luego
de varios minutos, hace su entrada don Juan tenorio, junto a su criado llamado
Ciutti , al mismo instante hace su ingreso don Luis Mejía, otro hombre que
hacia la lucha por una mujer q se estaba preparando para monja, por la cual hacían
su disputan entre ambos. Los dos se retan y dudan de su identidad. Entonces
como minutos antes de su ingreso ellos llevaban antifaces para no ser
reconocidos, en el momento del reto ambos se quitan los antifaces y sus amigos
se acercan a saludarlos y también los curiosos que en este caso vendrían a ser
cuatro de nuestros compañeros que hacían participe de la obra, cada retador con
sus gentes. Pronto pasan a la apuesta de quien en año podría hacer con más fortuna
más maldades. Primero don Juan cuenta sus aventuras en Italia, sus duelos y
amoríos e inmediatamente don Luis hace lo mismo relatando lo sucedido en
Flandes y parís.
Las dos historias de ambos son muy parecidas por
lo que se disponen a llevar las listas que los dos llevan con sus muertos en duelo y sus mujeres seducidas. Al
hacer la cuenta don Juan aventaja un buen número a don Luis en ambos casos. Entonces don Luis desafiante
le dice que solo le falta en la lista una novicia que este para profesar. Don Juan
altanero le dice que acepta la apuesta. Luego de esto se veían que iban a
pelear, en ese momento mis compañeros tenían que volver a sus lugares, porque
según la obra, ambos empezarían a luchar.
Al instante pasan as a un segundo plano.
En
esta segunda, una novicia le lleva una carta a doña Inés, esta había sido enviada
por don Juan, era una carta de amor. Doña Inés muerta de la desesperación,
empezó a leer la carta, que por cierto no entendía algunas cosas o su forma de
escribir de don Juan. Era tanta su emoción. De pronto ambas escucharon un ruido
de personas, al instante se entraron al cuarto. Hicieron sus ingresos unas personas
pagadas por don Juan. Era una serenata que le había llevado, lo más interesante
era que cierta serenata la integraban un chambita, un chaqueño y un paisano,
fue lo más chistoso de la obra.
Ellos
empezaron con su serenata, pero después los cantores se despiden sin ningún
pago. Estos se van furiosos y le dicen q es un gordo tacaño. Al momento que se
van deciden poner una escalera para observarlas, pero es invalida su
insistencia ya que don Juan era muy gordo y podría romper la escalera. De
pronto sale doña Inés con la otra novicia, minutos antes don Juan y su criado
se habían escondido para no ser vistos. Al poco momento hace su ingreso don Juan,
declarándole su amor. En ese momento retira sus cosas, doña Inés y se va con él, lo mismo hace la otra novicia.
Horas
más tarde, hace su ingreso don Luis que le lleva serenata, con los mismos
integrantes de la anterior serenata, solo que ya estos estaban pasados de
copitas, luego de cantarles por varios minutos, don Luis se admira por que
estas nunca salieron, el pensaba q estuvieran descansando, luego le dice q los
cantantes que se retiren, nuevamente sin ningún pago, pero el ultimo personaje
se lleva la escalera como pago, se hizo el vivo podría decirse.
En la
siguiente escena don Juan tenorio se lleva a su amada a su casa, ésta dormida. No
sabe donde se encuentra, pero los demás la ponen al tanto. Doña Inés se
impresiona al ver al empleado de don Juan, pensando que el había sido quien la
había llevado a la casa. Luego de algunos minutos, se apersona don Juan y le
habla de su amor profundo que sentía, en ese instante de forma imprevista entra
don Luis, quien también iba a luchar por quedarse con doña Inés.
Ambos
en el momento de la lucha empiezan a retarse, y a seguir peleando, tanta fue su
lucha,. De esa forma sale vencedor don Juan tenorio. En ese momento hace su
entrada el padre de doña Inés, quien
reta a pelear a don Juan. De esta lucha sale vencedor el padre de doña Inés,
pero antes habían asesinado de forma equivocada a Ciutti, el empleado de don Juan.
Doña Inés llora la muerte de don Juan tenorio, y dice, - prefiero morir si no estás
a mi lado- llora tanto la muerte que sabe que hacer, y de tanto dolor, y
desesperación al no aguantar ese sentimiento que la embargaba, se muere de
dolor. Lo más chistoso es que Ciutti, se levanta y asesina al padre de doña Inés.
Luego
de tantos sucesos, todos se encuentran en un cementerio. Cada uno en su tumba
se ponían a bailar, después de haber contado del porque de su muerte. Todos se
abrazaron y con una venia hicieron su despedida.
Haciendo
un breve comentario, les doy a conocer la biografía de cada uno de ellos. Don Juan
tenorio era un caballero rico, noble, bravo, español y pendiente, persiguiendo
siempre amoríos, aventuras y pelas es la causa constante de males entre sus
semejantes. Al final solo redimido por el amor de su dama, doña Inés. Don Luis
mejía, caballero adversario de don Juan. Una apuesta entre los dos es la causa
de toda la trama de la obra.
Doña Inés de Utilo, era una joven novicia que va a ser casada con don
Juan. Al final no lo hace, ella muere de amor.
En
conclusión me pareció muy bonita la obra de teatro, aunque el lugar era muy
chico, pero con la interpretación de cada uno de los personajes, fue
entendible. Lo más rescatable de esta obra fue la emoción y destreza con la que
actuaban, era tan verídica su puesta en escena, que uno podría imaginarse ser
parte de ella.
No obstante,
al terminar la obra de teatro, cada uno, de forma que íbamos saliendo,
comentaba sobre lo ocurrido allí dentro. Fue en ese momento que se nos ocurrió
sacarnos una foto con la imagen de los personajes, que habían realizado las
escenas. Fue muy bonito vivir la experiencia de estar en un pequeño teatro y
observar la obra.
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LA PERSONA QUE MAS ADMIRO
Por: Yajaira Rodriguez
No es adivina ni superdotada
pero lo sabe todo. Tiene todas las profesiones y las realiza de la mejor manera
cada día. Por ejemplo mi mamá es maestra, niñera, enfermera, psicóloga,
entrenadora, peinadora y guardia las veinte cuatro horas del día.
Mi mamá es una persona
maravillosa y admirable. Ella lo sabe todo y nos ayuda en todo hasta en lo
imposible. Es como si cada día cambiara de profesión en la casa para ayudarme a
seguir con mi vida y la de mis hermanos.
Por ejemplo ella todos los
días nos ayuda, nos enseña, es nuestra maestra cada día para no cometer
errores. Por otra parte cuando estoy mal o triste le cuento mis problemas y se
convierte en psicóloga. De tal manera que también es mi mejor amiga y me da los
mejores consejos.
Pero antes que nada nos
protege de todo mal para que no nos pase nada malo. Nos cuida como su mayor
tesoro. Si llegamos a enfermarnos y estamos grabe tiene ganas de morirse de la
pena y nos cuida las veinte cuatro horas del día.
En fin mi mama está llena de
virtudes. La verdad es que a veces no encuentro las palabras para decir todo lo
que significa para mí. Por ella y por los esfuerzos que hace todos los días mis
hermanas y yo somos lo que somos.
De manera que sabemos que
siempre podemos contar con ella y con su valiosa amistad. Sus palabras son el
aliento que nos incentiva a seguir luchando por lo que queremos. La luz de sus
palabras es la que nos ayuda a seguir el camino correcto.
Pero bueno mi mama para mí
no solo es bella por dentro sino que también por fuera. Ella es de estatura
media, cabello castaño, ojos claros, piel de color canela, su piel es suave
como los pétalos de una rosa, y sus manos son delgadas y también muy suaves.
Aunque a veces siento que sus manos ya están cansadas de tanto trabajar en la
casa.
Hay días que su mirada
también se nota cansada. Sus ojos no tiene el brillo de otros días cuando se
siente feliz. Su sonrisa cambia totalmente, no se ve nada de felicidad en su
rostro.
Por supuesto que al verla así
me siento demasiado triste. En primer lugar porque sé que es por el esfuerzo
que hace por darnos lo mejor. Es por eso que siempre trato de darle una buena
noticia o simplemente conversar con ella y preguntarle cómo se siente.
Desde luego siempre tenemos
una buena comunicación. De manera que ella sabe siempre todo lo que me pasa y
yo se que le pasa a ella. Lo mejor es que ella encuentra una solución para cada
problema que se nos presenta.
Gracias e esa buena
comunicación que tengo con ella me acerque y le dije:
- Mama quiero saber algo que es importante
para mí.
Ella me miro y con una
sonrisa en el rostro me pregunto:
- ¿Qué pasa hija? Haber dime
qué es eso tan importante para vos
Me acerque a ella y la mire
fijamente y le pregunte:
- ¿Eres feliz teniendo a nosotros como hijos?
¿O sientes que te hemos fallado en algo?
Al momento de responderme
primero sonreía y se dio la vuelta y se puso a preparar la comida, luego me
dijo:
- Hija pero que pregunta es
esa, sabes cómo los quiero a todos por igual porque no me gusta que existan
diferencias entre ustedes. Ustedes son mi vida y saben que todo lo que hago es
por su bien estar de todos.
Entonces me sentí con mucha
nostalgia, mis ojos estaban humedecidos, sintiendo n nudo en la garganta y con
unas ganas inmensas de llorar, así que solo la mire y le dije:
- Gracias mami por todo lo
que nos das, yo estoy muy agradecida con Dios por tenerte como mama.
Luego nos dimos un abrazo y
me dijo rápidamente:
- Bueno debemos apurarnos
para que esté listo el almuerzo así tus hermanas llegan directamente a comer.
Pero me sentía un poco
triste y le dije:
- No mama quiero irme un
momento a mi cuarto
Y me fui sin mirar atrás.
Después de haber conversado
con ella sobre ese tema que nunca había hablado con ella me puse a pensar:
¿Qué sería de mí sin mi
mama?
La verdad es que me sentí
muy triste al saber que un día ella me puede faltar. También valore mucho mas
todo lo que hace por nosotros. Comprendí que una mama siempre nos hace falta a
todos porque ellas son como una luz que nos guían cada día. Además que una mama
es algo sublime y que son los únicos seres que nos quieren sin pedir nada a
cambio.
Gracias a Dios tengo una
buena relación con mi mama. Siento que todo es perfecto con ella y cada momento
que pasamos juntas. Es por eso y su lucha diaria que mi mama es la persona que más
admiro.
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VIDAS
AHOGADAS EN UNA BOTELLA
Por:
Jem Gabriela Cachari Sanchez
“Ya no se preocupen por mi,
ya yo no tengo remedio”, señala don Omar con un bote en la mano. Tiene 31 años, pero parece de 60.
Su rostro se le ha teñido negro por el exceso de alcohol, al igual que su
desgastada y quemada lengua. Sus dientes amarillos se le caen con el pasar de
los tiempos. Su larga y despeinada barba solo le hace notar lo acabada que está
la vida para él. Se tambalea de un lado a otro al caminar, como las hojas de
los árboles al ventear. Su ropa está sucia y rota. Sus pies están ampollados y
llagados con sangre por no tener zapatos. Esta es lastimosamente la vida
miserable de don Omar.
En la plaza Ferbo, calle 31
de agosto, por la
Av. San Silvestre, en la zona norte del 5to anillo,
un peculiar grupo de diez alcohólicos han vuelto a la plaza su hogar.
Por lo general, su día
empieza y termina entre botes de alcohol. De día están sentados en medio de la
plaza riendo y tomando sus botecitos de alcohol. Ya en la noche se aglomeran
debajo de un toborochi donde tienen un colchón, tres de ellos se acomodan sobre
aquel colchón, y el resto regresan a sus casas o duermen en otro lugar.
Don Omar dejó a su familia y
su trabajo por su vicio. El va todos los días a la plaza y se junta con sus
compañeros de asiento e intercambian conversaciones y sobretodo monedas para
poder comprarse sus traguitos.
Otro peculiar caso es de una
pareja llamados don Chingo y su mujer doña María, ellos también son alcohólicos
y cuando ambos están ebrios se escucha los escándalos que hacen por todo el
barrio. Cuando no están tomados, don Chingo sale a trabajar, él es albañil y
tras que le pagan no vuelve al trabajo porque se la gasta la plata para beber.
Doña María es lavandera y por lo menos con lo que le pagan se compra un plato
de comida y como su marido trae la cerveza se emborrachan hasta el amanecer.
Don Chingo y doña María
tienen una casa a medio construir que se encuentra al frente de la plaza, esta
casa tiene barda de madera y por lo que se puede ver es que tienen un cuarto
con un catre y lo cubre un mosquitero, en su patio tienen sillones casi
deshechos y solo tienen un grifo. Doña María tiene varios animales como perro,
gato y gallinas que residen en su casa.
Como esta casa se encuentra
enfrente de la plaza, los borrachitos son sus amigos y cada vez que don Chingo
recibe su sueldo los llaman a que pasen a su casa y todos juntos comparten las
bebidas. Las fechas festivas como navidad, año nuevo, San Juan, entre otros,
son los días donde corre el trago con más fervor, pero en fin, parece ser que
para ellos todos los días son festivos porque siempre están ebrios.
Durante el espacio de un año
ellos han sufrido la pérdida de sus amigos, porque unos han muerto a causa de
enfermedad y otros porque los atropellaron. Así ya son cinco los muertos, sin
embargo, otros vienen a tomar su lugar y siguen siendo un grupo numeroso, sin
darse cuenta el mal que se están haciendo.
De vez en cuando, se ve
algunos de los familiares de estas personas que todavía ven un rayito de
esperanza para que ellos puedan vencer su vicio.
- “Vamos para la casa”, dice
un joven desconsolado jalando el brazo de su padre
- “No me da la gana”, expresa
con una voz grave y tambaleándose
- “¡Vamos! No me gusta verte
así”, manifiesta el pobre joven
Así se ve la desesperación
de familias que luchan por sus padres, hermanos incluso hijos que no desean salir de ese abismo de dolor
y sufrimiento. La policía ya ha ido a este lugar y se los han
llevado a la comisaría por beber en lugares públicos. No obstante, a los pocos
días los sueltan y vuelven a la plaza que es su hogar.
Sin embargo, hay días que
ellos no tienen dinero para comprarse sus traguitos, así que se ofrecen a
ayudar a los vecinos de ese barrio con trabajos fáciles como carpir, podar,
limpiar y los vecinos le suministran comida y aparte le dan lo que corresponde
por el trabajo realizado, asimismo ellos continúan bebiendo en su querida
plaza.
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